Emilio:
Un cumpleaños más. Un año más a ese corazón cansado de seguir por la vida. Amando sin cesar a quien se ponga en tu camino. Amándome a mi a pesar de la distancia, de los años, de los recovecos de la vida. Un año más de sentirse a la deriva estando tan anclado en la vida. Un día más de ser tu cable a tu tierra. Cuando tu fuiste el mío hace años en la etapa donde no sabía que hacer de mi vida.
Tener tu amistad eterna, tu amor infinito, tu ojos que lloran por estas letras que te escribo, todo eso que otorgas sin esperar nada de vuelta, todo eso que me das, que me diste, todo eso... Te hace grande en mi insulsa vida. Tal vez el podio en el que te tengo no sea el más fastuoso o maravilloso. De hecho esta enmohecido, lleno de hojas de otoño, con lluvias frías, pero no ceso de verlo hermoso. De visitarlo en momentos azarosos de este corazón que galopa a veces sin sentido, cuando alguien lo mima para hacerlo latir más de lo debido.
Un cumpleaños más geminiano hermano. Siempre tan sonrientes cuando aún se sufre por dentro. Siempre con corazas que nos resguardan. Siempre entre letras que nos atraigan. Siempre en silencio y saudades a solas, cuando nadie nos mira.
Extraño el silencio de sentarme a tu lado y sentir saudades. Mirarnos a los ojos y entendernos perfecto. Extraño tu mano que se posaba en la mía solo para hacer notar que el libro que leías te movía más que la piel. Extraño caminar a tu lado por esas calles lluviosas y mientras tu corrías a resguardarte, yo me empapaba. Extraño cosas insulsas que puedo tener con la gente indicada. Realmente al que extraño es a tu presencia física. A ti te tengo todos los días.
Emilio. Solo escribo esto para que sepas que tu cumpleaños le doy la importancia y cariño que tu le tienes, a diferencia mía que sería feliz si todos olvidaran el día que nací. Sí, lo sé, "déjate querer", pero el problema viene cuando comienzo a querer de vuelta y ¡Carajo!... Me hago mierda la vida.
En unos días, permitiré que todos me festejen, que los pasteles y los abrazos vengan, que las comidas y los vinos llenen, que los regalos y las sonrisas entren. Permitiré todo esto aunque me cause cierta aversión el contacto físico con la gente.
Los mejores cumpleaños son los que pasaba a tu lado, sin nadie, sin nada, desnudos de todo, disfrutando el aislamiento de querernos sin compartirnos. Ahora solo quisiera pasarla sola, como cuando caminabas a altas horas de la noche por la playa de Río de Janeiro.
Esta es la carta de tu cumpleaños, 25 de mayo de 2014. Viejo, te añoro, pero con una sonrisa.
TATE.