jueves, 12 de septiembre de 2013

...My Pensieve...: La hija del Revolucionario...

Pues la muerte se debe esperar, nunca falla, siempre llega. Es la confirmación de que la vida existe. Lo único que tenemos seguro.

...My Pensieve...: La hija del Revolucionario...: - En las maletas o en el baúl, ahí están las mortajas - me dijo un día mi padre. Vió que en mis manos cargaba una tela blanca y exclamó: - M...

martes, 10 de septiembre de 2013

Él

La puerta de la habitación se abría. Algo oscuro reptaba hacia los pies de su cama. Se acercaba y tocaba sus dedos mientras ella le decía “Ni se te ocurra”. La cosa se quejaba y corría en cuclillas hacia su cabeza. Los ojos brillantes la miraban a los ojos y la mano trataba de tocar su cara. Pero ella lo observaba llena de miedo. El monstruo subía a la cabecera de la cama y mientras trepaba, veía como el cabello largo cabello de la cosa extraña rozaba su cara. Esos ojos brillantes nuevamente viendo desde arriba. Y en su cuello la más extraña banda con bordados extraños. Dorada. Como el oro.

Despertaba gritando, ese sueño no la dejaba, a pesar del tiempo de tratamiento y la vida nueva. Para ella su vida había comenzado en aquel psiquiátrico. Cuando un doctor abusaba de ella, en ese estado catatónico, atada. Despertó al escuchar “ese collar te sienta”. Su mente reaccionó con toda la furia para sacar a su cuerpo de ese deplorable estado. Gritó y el doctor asombrado, no supo que hacer y le propinó un bofetón. Su mente se nubló y al apaciguar su ira, observó que casi mataba al doctor. A punto de quebrarle el cuello, lo soltó y se arrinconó. Gracias a ese incidente había regresado a la consciencia. Después de un año de terapia y pláticas la revaloraron y permitieron que saliera. La metieron en un plan de inserción a la sociedad y cada semana tenía que ir al psiquiatra. Ella cumplía cabalmente cada miércoles su cita. Sin excusas y un café en la mano se presentaba.

Desconocía su vida y no buscaba encontrar quien era. De alguna manera sabía que la respuesta llegaría sola. Después de meses de tener ese sueño, la respuesta llegaría pronto. Eso ella no lo esperaba.

Sentada en una banca, admirando el frío y el silencio del lugar. Sintiendo que era libre sin saber por qué, llegó una mujer. Caminando, asombrosa. Se sentó junto a ella y se sintió extrañamente cohibida. No sabía bien de donde salía ese sentimiento. Ella comenzó hablando como si nada con ella. Y comenzó a sentir el calor de la confianza. Su voz era suave y melodiosa. La hacía sentir tranquila. Que hermosa sensación esa. Se hicieron “amigas” y esa amistad varió un día.

Sentadas viendo una película, su amiga la rodeo con un brazo y se acomodaron cuál pareja. Comenzó a besar suave su cuello… El olor de su amiga era florar mientras ella era dulce. Suaves y expertos labios recorrían su cuello, el lóbulo de su oreja era deliciosamente mordido, mientras las manos suaves y expertas desabotonaban su blusa. Introdujo una mano bajo su ropa interior. Atrapando un pezón entre sus dedos largos. Gimió y sus aromas estaban exaltados. Su dulce amiga, comenzó a bajar su mano, sin dejar de besar su cuello y sus hombros. Acarició las curvas suaves de su pecho, las puntas erectas de sus pezones, recorrió su ombligo, su vientre y llegó hasta el botón de sus pantalones, hábilmente desabotonándolo y bajando el cierre. La tenía desnuda y a merced de sus manos. Ella a su espalda sentía los pechos duros de su amiga. Los besos y caricias suaves seguían. Mientras su boca lamía su cuello y atrapaba con dientes la piel de sus hombros. Sus manos encendían la piel de su cuerpo liberando humedades que ella desconocía. Una mano jugaba con sus pezones, mientras otra se escondía entre sus piernas. Comenzando a jugar con sus dedos. Ella gemía, suave, deliciosa mientras pensaba que eso debería ser el cielo. Su amiga, jugó con ese suave y erecto clítoris. La suavidad entre dos mujeres que conocen el cuerpo es incomprendida por los hombres. La llevó al éxtasis solo con suaves roces, la hizo gritar y dejó correr los caudales de la excitación. De las ganas acumuladas por años. Cuando terminó exhausta volteó con ella y comenzó a besarla y la miró salvaje. Su amiga sonreía complacida y le dijo “Esa mirada es la que quería”. Su besaron por fin, probó la boca sabor fresa de ella, que delicia. Su aliento fresco y su lengua caliente. Mordió fuerte el hombro de ella, su amiga lanzó una carcajada que por un momento le causó escalofríos. Bajó y atrapo un pezón rosado, como una flor, duro, esperando ansioso por su boca. Succionó suave y luego fuerte, lamió, jugando con la punta. Su amiga estaba gimiendo fuerte. Pidiéndole por más. Mientras jugaba con un pezón en la boca una de sus manos apresó el otro entre los dedos y pellizco fuerte. Escuchó el siseo de boca de su amiga, instigándola a ser más dura. Así que apretó más fieramente y con su boca mordía la punta del otro. La mano libre que tenía. Bajo y tocó la hendidura húmeda que escondía la vulva adornada por el clítoris duro y ansioso. Sintió la humedad de su amiga y mordió y pellizco más fuerte. Sintiendo como clavaba sus uñas en la espalda. Introdujo dos dedos para provocar un gemido profundo y soltó el pecho de ella, bajando hasta llegar con su lengua a tocar la entrada del cielo. Lamió suave desde el orificio vaginal hasta el botón de alaridos. Muchas veces suave, recorriendo todo el camino. Sus dedos dentro de ella estimulaban hasta los gritos. La sentía removerse salvaje, pidiendo que la tratara más duro. Y sin saber realmente por que mordió fuerte el clítoris de ella mientras sus dedos arremetían duro en ella. Su amiga gritó de placer y entre alaridos le rogó por hacerla doler. Siguió lamiendo y mordiendo, los dedos fustigando sus entrañas y cuando la supo a punto. La soltó, retirándose. Su amiga, suplicaba, le dolía. Le rogaba y ella solo atinó a dirigirse a la cocina por la pala con la que removía los guisados que luego cocinaba. Cuando regresó. Su amiga brillaba. Le ordenó “Voltéate”. Su amiga obediente se acostó boca abajo y mientras ella la observaba sin saber cómo había llegado a esto. Sin mucho pensarlo, azotó la pala en sus nalgas. Roja la marca en la piel blanca. Para luego acariciarla entre besos y lánguidas lenguas. Volvió a azotar y lo peor de todo es que disfrutaba los grititos ahogados de su amiga. Lo hizo tantas veces que la piel se hinchó y cuando percibió lágrimas en ella, se acercó a mirarla y la besó, profundo. Teniéndola a su merced, volvió al juego de su lengua, labios y dientes en su entrepierna. Estaba hinchada y adolorida y maullaba por terminar. Lloraba, diciendo “duele, por favor”. Esas palabras la llevaron a sonreír y sin decir palabras comenzó a lamer y morder intercaladamente mientras sus dedos estimulaban más ese punto dentro de ella. En cuestión de nada, terminó, explotando en un te amo.

Horas después las dos dormían satisfechas, abrazados con los aromas mezclados. Entre flores y dulce la habitación silenciosa se oscurecía. Fue la primera noche que ella no soñaba con ese monstruo. Así fue durante meses. Llevaban una amistad esplendorosa, llegó un punto donde las dos comenzaron a vivir juntas. Todo iba perfecto. Ella pensaba que tal vez por eso durante años nunca permitió la seducción de los hombres, pensaba que antes había tenido una pareja igual a ella. Había momentos en que comenzó a anhelar recordar que había pasado en su vida. Así que un día como por arte de magia…

Llegó a casa y ella ya estaba esperando, en el ambiente se olía el aroma de comida. Pensó “Que linda, preparó la cena”. Pero en el ambiente se olía otra esencia, más fuerte, más masculina y eso la extrañó. Cuando llegó a la sala ahí estaba. Guapo, masculino, extremadamente atractivo y despedía ese olor que a ella la ponía nerviosa. Algo le recordaba. Algo entre bueno y malo. No sabía definir, sin embargo no se sentía celosa o amenazada en su relación. Salió su amiga de la cocina y los presentó. Un nombre fuerte. Durante la cena hablaron de todo y se sintió todavía más femenina con él entre ellas. La sobremesa en la sala y el vino, los hizo sentir más cómodos, pero en cuanto su amiga la comenzó a besar frete a él, sintió un hormigueo extraño. El miraba hambriento y aflojó la corbata y desabrochó el botón del cuello de la camisa. Su amiga la instigaba a ser como si no estuviera. Ella no podía. Lo observaba de reojo. Tomando un whisky y ya descalzado, sentía como la devoraba con la mirada, a ella no a su amiga. Algo extraño había. Dejándose llevar por el vino en su cabeza, la tenue luz de la sala, las ganas del cuerpo de su amiga y sus exigencias de dolor, lo olvidó por un momento. Dentro de sus juegos tortura, escuchó la voz fuerte y precisa de él “Pega más fuerte”, ella no podía evitar obedecer. Y así el dirigió cuál orquesta la escena de placer. Las miraba, las observaba y dirigía. Momentos precisos y logró que el placer y el dolor se acrecentara. Sintió todo ese placer que tenía entre manos, el que daba, el que recibía y el dolor que prodigaba. Pero su mente se aclaró cuando en un momento de reflexión se dio cuenta de que él era el que llevaba el control. Ese momento de extremo placer al que estaba siendo guiada por la lengua experta de su amiga. En ese momento, él se levantó y la besó profundo ahogando el gemido de placer divino al que llegaba. Sin darse cuenta el apretó su cuello y el placer creció y se prolongó. El horror vino después.

Sonriendo con la reminiscencia del placer escuchó entre los besos de ella y las caricias de él, “Esté collar te sienta bien”. Abrió grandes los ojos, pero él la tenía presa. Y en su cuello colocó un hermoso collar de piel, forrado en tela dorada, con bordados exquisitos en rojo y ocre.

- No vuelvas a huir. No sabes lo sufrimos sin ti. No eres reemplazable. Eres perfecta, lo sabes. Para mí, para ella. Nosotros tres somos y seremos siempre uno.

La puso frente al espejo para que se admirará. Observó su figura exquisita, su piel dorada en perfecta armonía con el collar, que embonaba perfecto en el cuello. Era hermosa, lo aceptaba. Pero su miraba difusa y perdida solo lloraba, deseando, anhelando.

Ojalá no hubiera despertado en el psiquiatríco.



lunes, 9 de septiembre de 2013

JOkER

Logia Locura: JOkER: Se cree que es un villano más, movido por la codicia, pero... ``hay personas que solo quieren ver el mundo arder´´ ...o como el m...

Este siempre ha sido mi personaje favorito. Más allá del bien y el mal. Más allá de lo locura dirigida a hacer el bien. Esta locura es de lo más exquisita.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Correr

Corro, huyo, los pulmones me duelen, estoy por caer. Esta vez, él es más fuerte, más grande, más inteligente, más listo. Dios ¿Cómo es que no lo vi? ¿Como pude subestimar a alguien así? Ahora me encuentro corriendo por mi vida, mi integridad. Tengo que detenerme y pensar... Aquí entre estos arbustos. Contrólate, respira, no te muevas, cierra lo ojos, igual no ves nada. Cálmate corazón. Baja el ritmo. Escucha. Silencio. Pon atención... No hay nadie cerca. Pero él llegara. Pronto. Sabe cazar y no lo puedo engañar. Dejé que me conociera. Lo dejé entrar. Sabe todo. Soy tan fácil de destazar. Me vulneré. Le mostré lo que sabía hacer y aprendió bien. Piensa, recuerda ¿Tú que aprendiste de él? Que es grande, fuerte, invencible... CÁLLATE Y PIENSA. Rompe el miedo que generó en ti. Piensa las ventajas que tienes. Vamos... piensa...

Me tranquiliza el ruido nocturno, los grillos, los búhos  el silencio, el viento entre los árboles. Lo noche es tibia, soy más ágil pero mi olor es más fuerte y él es como un animal me huele demasiado bien. Recuerdo sus besos, sus caricias agrestes. Mejor no pienso en eso, mi olor se enaltece. Piensa ¿Que sabes de él? 

Mi cerebro comienza a recorrer el archivero de recuerdos. Siempre lo admiré, es eso, recuerdo solo lo bueno, vamos... has un esfuerzo. Hay debilidades en él. No es perfecto...

Un solo recuerdo en mi memoria, un solo momento que lo vi vulnerable, solo eso necesito, vamos... dámelo. Tranquila, calma el miedo. Paciencia... Respira... Silencio todavía, sonidos nocturnos... un río... lodo... hay que quitar el olor a miedo que traigo. Camina despacio hacía el río... Ahora quítate la ropa... los zapatos... deja que el río se lleve todo. Entra, silencio no grites, el agua esta fría. Lávate bien... hueles a él, a ti... Estuvo a punto de matarte pero lograste huir. No es tan ágil. No previó que te escaparas... ¿O si? Tal vez quería hacerte sentir segura y salir detrás tuyo. Deja de castañear los dientes, debes ser silenciosa. Recuerda... Tú también sabes como cazar. Recuerda eso, él es fuerte, pero tú también sabes como cazar. Vamos no te venzas... Lodo, en el cabello, en el cuerpo... Apresúrate.... Shhhh... ¡¡¡No te muevas!!!... Ahí va. Despacio, buscándome, ese cuchillo siempre le gusto, su hoja brilla aún en la noche más cerrada...

Se fue, pasó de largo. No me olió. Paciencia. Silencio. Aguarda... Síguelo. Guarda tu distancia. No hagas ruido, ve por el camino de los animales. no pises hojas secas, las húmedas, bajo los árboles... Guárdate... Lo veo... Maldita sea no traigo mi escalpelo... ¿Lo huelo?... Huele... su aroma en el aire. Esta nervioso. Ya no me huele. Ya no me ve... Maldita sea no traigo mi escalpelo... Otra vez... Piensa, piensa... Tranquila, síguelo... Cada vez más de cerca.

A unos metros, tomo impulso y corro con todas mis fuerzas. Un golpe seco, me duele el hombro, me caigo sobre él. Es grande, cae fuerte y suelta el arma. Demasiado tarde. Me levanto, corro y tomo su arma. Lo miro de reojo se levanta igual de rápido, me va a alcanzar... No, no me va a alcanzar. Aunque me muera de un ataque cardíaco no voy a permitir que me alcance, lo voy a cazar. Tengo mi adrenalina de ventaja. Vamos, corre, más rápido... más... los pulmones me arden... corre... Para.

No esta. Se quedó atrás. Hora de cazar.

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Maldita bruja... me hace sonreír. Sabía que no iba a ser tan fácil. Se me escapó de las manos, escurridiza, se dio cuenta de lo que le esperaba, la subestime, una presa fácil dije, la conquista fue difícil, no soltaba nada en un inicio, pero cayó... Ahhhh... Cacemos...

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Más árboles, más escondrijos... necesito resguardarme. Un árbol, ese, lo conozco ¿Como llegué hasta aquí?... Perfecto, orientación. Tengo su juguete favorito. Me va cazar hasta encontrarme. Me va a buscar. Tengo a lo mucho unas dos horas antes de que encuentre mi rastro. Descanso...

Ahogo un grito... Soñaba... Me alcanzaba con esas manos poderosas y las cerraba sobre mi cuello, de ser una dulce asfixia se volvía una muerte segura. Cada vez más, comenzaba a sentir el dolor de la falta de aire.... Pesadilla ¿Sueño? Da igual, casi te pasas de horas de sueño... Reacciona, alerta... Algo viene, es él. Sube. Entre las hojas. Rápido.

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Aquí esta... lo sé. No hay más rastro de ella. Llega hasta aquí... Esta arriba, observando. Como pantera... Dudo que salte, es muy alto el árbol. Soy más grande, la estoy esperando y la atraparía en el aire. Sería un placer que lo hiciera, tumbarla en las hojas y tomarla por la fuerza. Por última vez... Hundir mi cuchillo en su vientre y mirar sus ojos expirar... Naaah, no lo va a hacer...

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Salta... No, demasiado alto... Te esta esperando... ¿Que hacer?

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No va a salir de su escondite hasta sentirse segura. La conozco... ¿Que hacer?

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Estamos atorados... Maldita sea. Su cuchillo es muy pesado. No se manejarlo con destreza... Bajo. Que más da. Morir luchando a morir como animal acorralado. Pero bajo por atrás... sin que me vea... me oiga despacio... Silencio... Ahí está... Esa espalda que tantas veces arañé. Esos brazos que tantas veces me soportaron cuando me cargaban contra la pared. Vaya... lo voy a extrañar...

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Mmmmmm.... Ahí está... Huele delicioso... Su aroma, su esencia. Tantas veces en la punta de mi lengua, mis dedos, mi boca, mi nariz y cuando estaba dentro de ella...

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Su esencia... Huele tan fuerte. Llena mis pulmones. Tan distinta al fresco del bosque. Su sabor en mi boca... Basta... Acércate, despacio... Así... Peligrosamente cerca....

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Ahhh... el filo de mi cuchillo en mi espalda.... que magnífico momento.... Voltea, rápido, quítale el arma, doblégala y tómala...

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Aléjate... brinca hacia atrás... Frente a frente... vamos, no soy diestra con tu cuchillo, pero sé que si brincas podré tener un punto donde clavarlo...

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Él dio un paso, ella se preparó, se miraban. Uno de los dos sería el triunfador. Se rondaban cuál felinos salvajes, enardecidos los aromas por la adrenalina de la pelea. Se lanzaron al combate. Ella rozó el brazo de él con el cuchillo y se alejó, para prepararse de nuevo. Ella sabía que cuerpo a cuerpo era batalla perdida. De hecho, ya lo era. El tarde o temprano la abrazaría y doblegaría, no sin antes tomarla salvájemente en el suelo. Solo le haría el peor daño que pudiera antes de dejarlo acabar con su vida. Lo más hermoso de morir es hacerlo a manos de un digno guerrero. Uno que ella dejó entrar en su vida.

Mientras la llevaba al orgasmo final clavó el cuchillo en sus entrañas y la vio sonreír, el miraba como agonizaba y su mirada iba perdiendo el brillo, mientras ella lo abrazaba en el último gozo, delirio y lo besaba con aliento a muerte.

En verdad te amaba...

martes, 3 de septiembre de 2013

Servicio Mortuorio.: Corte

Servicio Mortuorio.: Corte: El foco junto a la puerta de entrada titilea Corte Respirar profundo Rezar Auto control Mis ojos abren y de los restos de ladrillos y b...

Una pesadilla, de esas que luego sueño. Vamos, que es joven. Léanla.

Ahogo

El peor ahogo no es aquel que las manos fuertes provocan con placer. El peor ahogo no es la asfixia por comida. El peor ahogo son las lágrimas contenidas.

Lágrimas que te dejan fría. Por que debiste decir a gritos lo que dijiste en susurros. Aunque hay gritos que ni siquiera los escuchan. Yo todo digo, yo todo escribo, entre líneas les escribo. Es increíble que hayas obviado mis sutiles señales. El que me conoce y hasta el que no, si me leen algo descubren. Si observaras te darías cuenta de lo que digo.

Tal vez pronto decidas pasearte por mis letras y leas esto, tal vez te des cuenta de lo mucho que escribo de ti. Tal vez te percates de que te amo, tan fuerte que hasta te hice sufrir en el cuento de "Impotencia". En "Champagne" es el cuento que escribimos piel a piel. Pero también te darás cuenta de que escribo de otros, de que escribo de él. Ya ves, en este corazón caben más de tres, la verdad ya no sé. Pero mira bien, de todos eres el que más ha llegado en tan poco tiempo a mi alma. Tu y yo sabemos bien lo que es. Por que sí, eres aquel que me duele adentro, mucho. 

Te amo, eso duele después de escribirte lo que pasaba en mí. Pero no dejo de hacerlo, solo que uno no puede vivir en un mundo fantástico de ilusiones, así que lo lleno de realidad. Empezaste a doler en los meses desaparecido y logré el desapego. Pero rompí ese desapego cuando yo dije "Sí, acepto" a la propuesta que hiciste. La consecuencia es sentir la lejanía tangible y el silencio a esa propuesta pender de un hilo cada vez más fino. Quisiera amarte en desapego y no puedo si cuelgo de esa telaraña de ilusiones. Tu sabes que eso no es sano.

Así que acá estoy, rompiendo los post-it donde anoté cada una de las ilusiones que armé contigo. Lo hago con dolor, por que no hay nada más bonito que la ilusión, pero también es la peor trampa de horror. No lo hago por resentimiento, lo hago por que si no este amor no evoluciona en el amor que se dar. Ese amor, el más bonito, el más honesto, ese amor de verdad. Amor en desapego, sin esperar, sin tiempo, sin condiciones, solo dar. Ese tipo de amor de dos almas tienen cuando en realidad se conocen. Un amor que tenemos de tanto tiempo atrás.

Más allá de tu respuesta, más allá de tu opinión, aquí se te ama, estés de acuerdo o no.