¿Me piensas como yo lo hago?
¿Me recuerdas cuando menos lo esperas?
A mi me pasa, no muy seguido.
Generalmente a solas cuando me acerco a los libros.
Extraño el silencio de tu presencia leyendo a mi lado y tu mirada de soslayo.
Las noticias de tiraje de domingo que me indignaban. Esa febril emoción que tomando mi mano y asintiendo a cada blasfemia conferida contra la humanidad, calmabas sonriendo al decirme "Vive, que pronto te irás".
Nuestra relación llena de palabras aderezadas con perfectos silencios y miradas, que se entendían sin dudar y las palabras no se malinterpretaban.
Ahora solo tengo ese silencio de la ausencia de tu presencia, ese silencio de la muerte que es tan amargo.
Espectáculo
Se apagan las luces, se cierran cortinas y todos siguen sin mirar atrás.
Se marchan y me dejan sin más, no quieren mirar.
La noche cae y mis lágrimas se pierden.
Observo la noche, el oscuro cielo deshaciéndose.
Desde el piso observo el paso de la gente.
Indiferente.
Mi vida fluye, se aleja de mi, marchándose en silencio.
Sin adiós, sin despedidas; ni sonrisas, ni besos, ni caricias.
Y al final de todo sonrío, porque recuerdo que este dolor es pasajero.
Mañana estaré viva, en otro lugar, en otro cuerpo.
Estaré por un breve momento llamado vida.
Él
Acepto su partida con calmada parsimonia.
Observo su ropa manchada de tierra.
La cama deshecha con restos de calor.
No hemos hecho el amor.
No hemos tenido sexo.
Eso hace tiempo se acabó.
Ni un beso me dejó.
Su compañía era un fantasma silente.
Hastiado de mi, del sabor de mi boca.
Una costumbre monótona.
Nunca supe porque se quedó,
pero sí la razón de morir.