- No puedo creer que lo hice.
- Lo hiciste querida, un poco descuidado, pero lo hiciste.
- Necesito recuperar el aliento.
- Siéntate, fuma un cigarro.
- Lo dejé ¿Recuerdas?
- Nah, uno, te va a saber a gloria, mentolado, fresco.
- De acuerdo.
- ¡Eso carajo!
- ¡Que razón tenías! Este cigarro sabe a gloria... Aún con este calor.
- No te preocupes, afuera esta haciendo frío.
- Tenías razón con el impermeable.
- Te dije, protege y es desechable.
- Shhh, disfruta tu cigarro y la vista.
- .....
- Muy bien. Ahora, vamos a la regadera, no te quites nada. Solo mójate, deja correr el agua, hasta que el agua salga limpia.
- Vaya ¡Mira nada más! No pensé que me hubiera ensuciado tanto. No se nota con este color oscuro.
- Si, fue demasiado escandaloso, pero con el tiempo irás mejorando. Eres muy organizada.
- Si, lo sé. Soy muy ordenada.
- Bien, el agua sale limpia ¿Trajiste la toallas desechables?
- Sí.
- Limpia tu cara y guarda esas toallas en la bolsa de plástico.
- De acuerdo... ¡Oh Dios! No creí estar tan sucia. Donde hay un espejo.
- No, espera. No te mires en el espejo hasta que lleguemos a casa.
- ¿Porqué?
- Creo que es mejor mirarse a solas.
- Bien, creo lo mismo ¿Nos vamos?
- Espera, revisa bien todo.
- ¡Listo!... No, espera... La colilla del cigarro.
- Bueno, pues ahora si ¿Vas a firmar?
- ¿Firmar?
- Sí, ya sabes, como opinar del restaurante y su atención.
- Ah, claro, como dejar tu nombre grabado en la banca del colegio para las futuras generaciones.
- ¡Que graciosa! Algo así.
- Bien. Veamos... Dejaré esto así en cierta posición... ¡¿Que tal se vería si lo pongo del lado y lo acomodo para que la abrazara?! ¿No se vería genial?
- A ver, hazlo.
- ¡Va!
- ¡Woow! ¡Que dramatismo! ¡Que buena escena! ¿Trajiste la cámara? ¡Hay que tomar una foto!
- Traje la instantánea. Pensé en la pentax, pero me preocupé por tirarla, tal vez olvidarme de ella con toda la emoción o ensuciarla y sinceramente me gusta demasiado esa cámara.
- ¡Excelente razonamiento!
- ¿Estás lista?
- Sí.
- Hay que irnos.
- Espera ¿No sería mejor apagar la calefacción y abrir la ventana?
- Buena idea. Esta comenzando el invierno, eso va a dar más tiempo.
- ¡Mira! La primera nevada.
- Te dije, invierno.
- Me gusta el invierno, tiene un aire melancólico y romántico.
- ¿Enamorada?
- Sí, claro tonta. Ya sabes que sí.
- Ahí esta, el bote que dejamos. Vamos, quítate todo, el impermeable, la gorra, los protectores de los zapatos y los guantes. Ah, no olvides las toallas en la bolsa de plástico... Ponlo todo en el bote... ¡Fuego!
- Jajaja ¡No es truco de magia!
- Te reíste, ese el punto.
- Me gustó.
- Bastante adictivo.
- Deberíamos repetirlo.
- ¿Que tal cada invierno?
- Sí, hay que mantenerlo ordenado y organizado.
- Exacto, como nosotras.
- Claro.
- Me baño. Él esta por llegar. Quiero dormirme antes que llegue.
- De acuerdo. Nos vemos el próximo invierno.
- Hola mi amor, buenos días ¿Como te fue ayer?
- Bien cielo, buenos días.
- ¿Encontraste algo nuevo por hacer?
- Algo así...
- Cuéntame.
- Ah, nada, encontré trabajo en una revista.
- ¡Muy bien! ¿Que vas a hacer ahí?
- ¿Recuerdas el cuentito que escribí? Ese de una cuartilla que hablaba de un asesinato con un hacha...
- ¡Por supuesto!
- Bueno, pues solo voy a hacer ese tipo de cuentos pequeños que se publicarán cada semana, escondido en el sin fin de las páginas de esa revista.
- Eso es un comienzo. De ahí puedes hacer algo mucho más grande.
- Sí... un comienzo de algo realmente grande.
- No sonrías así, que te como a besos.
- ¡Ni lo intentes!
- Espera ¿Te pasó algo?
- ¿Porqué?
- Hueles a cigarro, y tú solo fumabas cuando algo te causaba demasiada impresión y necesitabas relajarte.
- ¿Y lo del trabajo no es buen pretexto? ¡Que olfato! Pareces perro.
- Y sí, pero acordamos que con el cáncer que corre en la herencia genética no se jugaba. Woof, woof.
- Sí, lo dijimos. Prometo que será una vez al año y un cigarro ¿Te parece? Meoooooww, prrrrr, prrrrr...
- ¿Prometido?
- ¡Totalmente! Una vez al año solamente.
- ¿En que estábamos?
- Mmmmm... ¿Que me comías a besos?
- Me baño. Él esta por llegar. Quiero dormirme antes que llegue.
- De acuerdo. Nos vemos el próximo invierno.
- Hola mi amor, buenos días ¿Como te fue ayer?
- Bien cielo, buenos días.
- ¿Encontraste algo nuevo por hacer?
- Algo así...
- Cuéntame.
- Ah, nada, encontré trabajo en una revista.
- ¡Muy bien! ¿Que vas a hacer ahí?
- ¿Recuerdas el cuentito que escribí? Ese de una cuartilla que hablaba de un asesinato con un hacha...
- ¡Por supuesto!
- Bueno, pues solo voy a hacer ese tipo de cuentos pequeños que se publicarán cada semana, escondido en el sin fin de las páginas de esa revista.
- Eso es un comienzo. De ahí puedes hacer algo mucho más grande.
- Sí... un comienzo de algo realmente grande.
- No sonrías así, que te como a besos.
- ¡Ni lo intentes!
- Espera ¿Te pasó algo?
- ¿Porqué?
- Hueles a cigarro, y tú solo fumabas cuando algo te causaba demasiada impresión y necesitabas relajarte.
- ¿Y lo del trabajo no es buen pretexto? ¡Que olfato! Pareces perro.
- Y sí, pero acordamos que con el cáncer que corre en la herencia genética no se jugaba. Woof, woof.
- Sí, lo dijimos. Prometo que será una vez al año y un cigarro ¿Te parece? Meoooooww, prrrrr, prrrrr...
- ¿Prometido?
- ¡Totalmente! Una vez al año solamente.
- ¿En que estábamos?
- Mmmmm... ¿Que me comías a besos?